El Gran Buda de Nara: Unión ante la Adversidad
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Aunque la expansión mundial del coronavirus ha terminado, los efectos en nuestra vida posterior no son menores. Hace más de 1.200 años, una gran epidemia en Japón también tuvo un gran impacto en la sociedad de la época. El "Gran Buda" de Todai-ji, un Patrimonio Mundial en la antigua capital de Nara, es un popular destino turístico tanto para nacionales como para extranjeros. Pero, ¿sabías que se dice que este Gran Buda fue construido como resultado de una gran epidemia en el siglo VIII?
¿Qué es el Gran Buda de Nara?
La histórica ciudad de Nara, con sus 1.300 años de historia, está repleta de tesoros nacionales y propiedades culturales importantes, como estatuas de Buda y edificios históricos. Es una ciudad comparable a Kioto en términos históricos. En el corazón de Nara se encuentra Todai-ji, el sitio turístico más visitado de la ciudad, designado Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1998. En el centro de Todai-ji está el "Salón del Gran Buda", la estructura de madera más grande del mundo. Dentro de este salón se encuentra el Gran Buda, que mide unos 15 metros de altura y, junto con el salón, está designado como tesoro nacional. El Buda, completamente hecho de bronce, fue construido hace más de 1.200 años por deseo del emperador Shomu (701-756). Es hueco en su interior y originalmente estaba cubierto de oro. La construcción de esta estatua, sin precedentes en la historia, fue un desafío técnico formidable para la gente del siglo VIII y requirió la movilización de 2.7 millones de personas.
El Templo Todai-ji, Nara
El "Gran Buda" de Todai-ji
¿Por qué fue necesario construir una estatua de Buda tan grande?
A mediados del siglo VIII, Japón sufrió una devastadora epidemia de viruela. Durante dos años, la enfermedad acabó con cerca del 30% de la población, sembrando pánico y desestabilizando al país. Ante esta crisis, el Emperador Shōmu, un ferviente seguidor del budismo, tomó una decisión trascendental. Convencido del poder espiritual del budismo para brindar alivio y protección, decidió construir una estatua de Buda de proporciones colosales en Nara.
El Emperador Shōmu (701-756)
La creación de esta estatua no era solo un acto religioso. Shōmu vio en este proyecto una oportunidad para unificar a un país fracturado por la enfermedad y demostrar que, incluso en tiempos oscuros, la nación podía lograr hazañas asombrosas. El Gran Buda no sería solo un símbolo de devoción y esperanza, sino también una representación tangible de la resiliencia del pueblo japonés. Con la ayuda y colaboración de miles de ciudadanos, este proyecto se convirtió en un símbolo de unidad y determinación frente a la adversidad.
El Gran Buda de Todai-ji fue construido y preservado gracias a los deseos y esfuerzos de innumerables personas. Aunque hay muchos monumentos en el mundo construidos para mostrar el poder y la riqueza de los líderes de su tiempo, el Gran Buda de Todai-ji posee una historia y un trasfondo únicos, profundamente arraigados en la cultura japonesa. Si alguna vez visitas Nara, te invito a reflexionar sobre los deseos del emperador Shomu y la gente de aquella época, cuya visión ha trascendido el tiempo.