Hokusai : Bajo el Puente Mannen en Fukagawa
El arte japonés siempre ha seducido al mundo con su rica herencia, tradiciones y técnicas inigualables. "Las Treinta y Seis Vistas del Monte Fuji" representa una de las series más célebres de este legado artístico. Y dentro de esta colección, "Bajo el Puente Mannen en Fukagawa" emerge como una joya de insuperable maestría.
Un Vistazo a la Obra
La imagen nos introduce a un puente con un diseño en arco, conocido en el contexto anglosajón como "Arched bridge" y en japonés como "puente de tambor". Su forma evoca la gracilidad de un arco iris, y su elevación está diseñada para permitir el tránsito fluvial sin impedimentos.
Hoy, el puente Mannen se erige en Tokio. En su época, conectaba un enclave de bulliciosa actividad, reflejando la atmosfera contemporánea y vanguardista de Fukagawa. Desde aquí, se desplegaba una visión panorámica del majestuoso Monte Fuji.
La composición de la obra es simplemente magistral. El puente se extiende por gran parte del lienzo, como delineado por un compás. Y aunque el Monte Fuji es la esencia de esta serie, en este cuadro se halla delicadamente ubicado hacia la izquierda, incitando al espectador a hallarlo tras una observación meticulosa. Esta perspectiva singular es testamento del genial arte de Hokusai.
Resonancia en el Arte Occidental
El eco de esta obra no quedó confinado a las islas niponas. El icónico pintor francés, Claude Monet, cayó bajo el encanto de los grabados japoneses o ukiyo-e. Monet, apasionado coleccionista de estas piezas, reflejó dicha fascinación en su obra y vida cotidiana.
En Giverny, diseñó en su jardín un estanque al más puro estilo japonés y lo decoró con lirios acuáticos. Sobre este, erigió un puente con un diseño en arco, evocando los que tantas veces admiró en los ukiyo-e. Dicha estampa se convirtió en el corazón de una de sus series más reconocidas: "Les Nymphéas" o "Los Nenúfares".
La coincidencia compositiva entre Monet y "Bajo el Puente Mannen en Fukagawa" es palpable. Dos artistas, distanciados por océanos y culturas, encontraron musa en la pureza y la belleza del entorno.
Claude Monet “Puente sobre un estanque de nenúfares” 1899
La pintura "Bajo el Puente Mannen en Fukagawa" es un canto al profundo respeto japonés hacia la naturaleza y el Monte Fuji. Su composición y visión innovadora no solo han cincelado la historia del arte nipón, sino que han permeado fronteras, inspirando a luminarias del arte occidental. Es, en esencia, una exhortación a valorar la belleza en las facetas más sencillas de la existencia.