Hokusai : Hodogaya, Tokaido
Japón ha hechizado al mundo con su rica cultura y arte. Una de las representaciones más emblemáticas de esta atracción es la pintura "Hodogaya, Tokaido", perteneciente a la aclamada serie "Las treinta y seis vistas del monte Fuji" de Hokusai.
Una Mirada a "Hodogaya, Tokaido"
Esta obra nos sumerge en la idílica Hodogaya, una reconocida estación en la ruta Tokaido. Esta vía, consolidada en la era Edo, funcionaba como el principal conducto de comunicación entre el este y oeste japonés. Aproximadamente cada 8 km de este camino, desde Edo (hoy Tokio) hasta Kioto, se ubicaban posadas para albergar a los viajeros.
La pintura evoca la emoción de recorrer Tokaido, con el imponente monte Fuji decorando el horizonte. Hokusai, maestro del pincel, retrata con destreza la vibrante cotidianidad de la gente de Edo. En particular, nos ofrece una vista desde Hinanosaka, famosa por sus centenarios pinos y como mirador del monte Fuji.
En la parte frontal de la obra, observamos distintas figuras: dos hombres portando un palanquín que hacen un alto en el camino, y otro ajustando sus sandalias. Sus expresiones y acciones, en especial del hombre que se seca el sudor, están representadas con un matiz cómico y entrañable.
Su Resonancia en el Arte Occidental
El encanto de "Hodogaya, Tokaido" no se restringe a Japón. En Europa, y especialmente en Francia, esta pieza influyó en los pintores impresionistas. Artistas del calibre de Claude Monet se rindieron ante la magia del ukiyo-e japonés. Monet, dueño de algunas piezas de Hokusai, retrató en más de una ocasión hileras de álamos, y se cree que su obra "Álamos en el sol" evoca la disposición de los pinos en "Hodogaya, Tokaido".
Claude Monet “Álamos al sol” 1891
Paul Cézanne es otro artista cautivado por Hokusai. Su pintura "Árboles y casas cerca del Jas de Bouffan" muestra una estructura parecida, con pinos dominando la vista y edificaciones en el trasfondo, en vez del monte Fuji.
Paul Cézanne “Árboles y casas cerca del Jas de Bouffan” 1885-1886
El ukiyo-e ganó popularidad en Europa debido a la facilidad con la que estos grabados se difundían, siendo producciones en masa que se extendían por lugares tan lejanos como América. Esta técnica, con su estética sin par, insufló aire fresco en los artistas occidentales, que anhelaban liberarse de las cadenas tradicionales. Este revuelo fue crucial para el surgimiento del impresionismo.
"Hodogaya, Tokaido" no es meramente un reflejo artístico de un rincón japonés, sino una oda al arte que trasciende geografías y culturas, inspirando y uniendo a aficionados y creadores artísticos alrededor del globo.