Producción y distribución de Ukiyo-e - Ala Japonesa

Producción y distribución de Ukiyo-e

El Ukiyo-e, que se traduce como "imágenes del mundo flotante", es una forma tradicional de arte japonés que ha cautivado a personas alrededor del globo. Si alguna vez te has preguntado sobre el origen y la distribución de estas asombrosas piezas de arte, ¡estás en el lugar correcto! Acompáñame en este recorrido artístico.

¿Qué manos crearon el Ukiyo-e?

Para materializar una sola pieza de Ukiyo-e, era indispensable la sinergia entre cuatro especialistas:

Producción de Ukiyo-e

El Hanmoto: Sería el equivalente a las editoriales contemporáneas. Estos individuos tenían funciones parecidas a las de un productor o editor, indicando a los artesanos qué tipo de Ukiyo-e debían crear y luego supervisando su venta.

El Eshi: El artista que plasmaba la imagen primigenia. Eran, podríamos decir, los diseñadores de su tiempo, y entre ellos destacaron genios como Katsushika Hokusai y Utagawa Hiroshige.

El Horishi: Este tallador esculpía la imagen en maderas siguiendo el diseño del Eshi. Cada tonalidad precisaba su propia madera. ¡Piensa en un diseño con 7-10 tonos! Esto implicaba usar 4-5 maderas y cada detalle contaba. Se decía que llegar a ser un Horishi experto requería una década de formación.


El Surishi: Eran quienes imprimían, aplicando tintes sobre las maderas y traspasándolos al papel. Empleaban un instrumento denominado "baren" para presionar la tinta sobre el papel.

El baren

¿Y cómo se comercializaban?

Tras ser producidas, las láminas se agrupaban en conjuntos de unos 200, conocidos como "una taza". Se vendían mediante el Hanmoto en establecimientos bautizados como "Ezoushiya" o tiendas de grabados. Y, ¡qué no te quepa duda! El Ukiyo-e tenía una fanaticada considerable. Durante los estrenos, las tiendas se veían inundadas de aficionados buscando la edición inaugural.

Tienda de grabados

Si una obra en particular ganaba popularidad, se reproducían más ejemplares utilizando las mismas maderas. No obstante, había una traba: con cada nueva impresión, las maderas se deterioraban y el resultado perdía nitidez. Además, si se terminaban los pigmentos, a veces se optaba por tonalidades no previstas por el Eshi. Por eso, muchos ansiaban obtener la primera edición, representando fielmente la concepción original del artista y con la máxima calidad.

En esencia, el Ukiyo-e trascendía ser meramente una expresión artística; era un quehacer colaborativo que demandaba destreza, compromiso y fervor. La próxima vez que te topes con una estampa de Ukiyo-e, ¡ojalá valores aún más el esfuerzo y cariño impregnados en su confección!

Regresar al blog

Deja un comentario

1 de 4