Las Patatas Incas de la Cocina Japonesa - Ala Japonesa

Las Patatas Incas de la Cocina Japonesa

La patata, un humilde tubérculo, ha viajado a través de océanos y culturas para convertirse en un ingrediente esencial en muchas cocinas del mundo. Su origen se remonta a las alturas de la cordillera de los Andes en América del Sur, donde se empezó a cultivar alrededor del año 500 d.C. Esta planta jugó un papel crucial en la dieta del Imperio Inca.

La travesía global de la patata comenzó en el siglo XVI, cuando los españoles, fascinados por sus cualidades, la llevaron a Europa. En un giro interesante de la historia, la patata fue inicialmente adoptada en Europa, no como fuente de alimento, sino como una planta ornamental. Con sus vistosas flores y frutos rojos, adornó los jardines de la nobleza europea antes de ser reconocida por su verdadero valor nutritivo.

El Flor de Patata. Limpio y Muy Hermoso

La Patata en Japón: Un Encuentro Cultural

La patata llegó a Japón en 1598, de la mano de comerciantes holandeses que arribaron al puerto de Nagasaki. En Japón, al igual que en Europa, inicialmente se la consideró una planta ornamental. No fue sino hasta la era Meiji (1868-1912), que la patata comenzó a ser apreciada como un alimento esencial, adaptándose a las condiciones climáticas y gastronómicas del país. Hoy en día, Japón es un gran consumidor de patatas, con una producción anual que oscila entre 370 y 400 mil toneladas, siendo Hokkaido la principal región productora.

"Inca no Mezame" y "Inca no Hitomi": Las Joyas de la Corona Japonesa

En este contexto, nacieron "Inca no Mezame" (El Despertar de los Incas) y "Inca no Hitomi" (El Ojo de los Incas), dos variedades de patata que son un homenaje a sus raíces andinas y un reflejo de la interacción cultural entre Japón y América Latina.

Inca no Mezame

"Inca no Mezame" es una variedad premium en Japón, conocida por su excepcional sabor y textura. Aunque su precio es más elevado en comparación con otras variedades, su calidad justifica el costo. Esta patata, con su distintiva piel amarilla y pulpa de un profundo color amarillo-anaranjado, ofrece una dulzura intensa y una textura reminiscente a las castañas o batatas.

Desarrollada por el Centro de Investigación Agrícola de Hokkaido, "Inca no Mezame" es el resultado de un meticuloso proceso de mejora de una variedad andina, adaptándola a las condiciones de Hokkaido. Desde su registro en 2001, ha conquistado los paladares japoneses, siendo una de las favoritas en la cocina gourmet.

Inca no Mezame

Inca no Hitomi

"Inca no Hitomi", registrada en 2009, es una versión mejorada de "Inca no Mezame". Esta variedad se distingue por su pulpa de color amarillo oscuro, un sabor aún más dulce y un aroma que recuerda al de las nueces y las castañas. Su piel rojiza y su peculiar apariencia marmoleada la hacen visualmente atractiva. Además, "Inca no Hitomi" produce una mayor cantidad de tubérculos por planta en comparación con su predecesora.

Un Puente Gastronómico entre Culturas

"Inca no Mezame" y "Inca no Hitomi" son más que simples variedades de patata. Representan un puente cultural entre Japón y América Latina, mostrando cómo un producto nativo de una región puede ser reinventado y apreciado en otra. Estas variedades no solo enriquecen la gastronomía japonesa, sino que también sirven como un recordatorio de la rica historia y los lazos compartidos entre diferentes culturas a través de la comida

Regresar al blog

Deja un comentario

1 de 4