Templos y Santuarios: ¿En qué se Diferencian? - Ala Japonesa

Templos y Santuarios: ¿En qué se Diferencian?

Los templos y santuarios han sido componentes fundamentales en la vida japonesa desde la antigüedad, fungiendo no solo como centros de devoción y oración, sino también como epicentros de festivales y eventos anuales. Hoy en día, hay cerca de 160,000 de estas edificaciones religiosas en Japón, una cifra que supera en tres veces al número de tiendas de conveniencia en el país. Estas estructuras no solo encarnan un elemento esencial de la cultura japonesa, sino que también son testimonio de una rica historia de prácticas espirituales. Pero, ¿en qué se diferencian estos dos tipos de espacios sagrados, el templo y el santuario?

La Naturaleza del Templo

Un templo es un recinto consagrado al Budismo, donde monjes residen y ejercen su fe. Estos lugares se dividen esencialmente en áreas residenciales para los monjes y salas de adoración para las figuras de Buda. Los visitantes acuden a los templos en busca de bienestar en esta vida y la esperanza de alcanzar el paraíso después de la muerte. En Japón, es habitual que los funerales se lleven a cabo siguiendo rituales budistas, y es común que los templos dispongan de cementerios.

El Propósito del Santuario

Por otro lado, los santuarios son espacios dedicados al Shintoísmo, la fe indígena de Japón que rinde homenaje a la naturaleza, a deidades ancestrales y a miembros de la familia imperial. Los santuarios no cuentan con residencias para sacerdotes, ya que no se destinan a la vivienda. Las plegarias en los santuarios se enfocan en la felicidad terrenal, considerando el Shintoísmo la muerte como algo impuro y careciendo del concepto del paraíso post mortem. Aunque existen funerales shintoístas, estos no se celebran en santuarios, que tampoco poseen cementerios.

Servidores de Estos Espacios Sagrados

Los monjes budistas ("sōryo"), o "nisō" en el caso de las mujeres, se encargan de los rituales y el cuidado de los templos y cementerios. El líder de un templo se denomina "jūshoku". Visten "hōi", sobre el cual llevan un "kesa" que descubre el hombro derecho. En los santuarios, los sacerdotes sintoístas se llaman formalmente "shinshoku" o más comúnmente "kannushi", responsables de los rituales y el mantenimiento de las instalaciones. El líder de un santuario es conocido como "gūji". Su atuendo formal, el "ikan", incluye una corona ("kanmuri") y una túnica ("hō") con pantalones ("hakama"), variando en color y diseño según el rango.

Monje Vestido con Hōi (negro) y Kesa (beije)

Sacerdotes en Traje Formal

Adoración en Templos y Santuarios

Los santuarios albergan objetos sagrados conocidos como "go-shintai", tales como espejos o espadas, que representan la presencia de la divinidad y permanecen ocultos a los visitantes. En contraste, los templos exhiben estatuas de Buda, denominadas "butsuzō", que son el foco principal de veneración y a las que se refiere como "honzon".

Ejemplo del Go-Shintai, Objeto Sagrado

Gran Buda de Nara; El Honzon del Templo Todaiji, Nara

Arquitectura Distintiva

Los santuarios se caracterizan por su sencillez y poseen menos estructuras en comparación con los templos. La entrada a un santuario se marca con un "torii", que simboliza la división entre el mundo espiritual y el mundo terrenal. El "honden" es el espacio donde se guarda el "go-shintai", a diferencia del "haiden", que es el área destinada a la oración para los visitantes.

El Torii del Santuario Izumo Taisha

El Honden del Santuario Izumo Taisha

El Haiden del Santuario Izumo Taisha

Por otro lado, los templos cuentan con una arquitectura más elaborada y decorativa. La entrada se distingue por una "sanmon", la puerta que conduce al templo, mientras que el "hondō" alberga el "butsuzō" y sirve como espacio de oración para quienes lo visitan.

La Puerta Sanmon del Templo Todaiji, Nara

El Hondo, Sala Principal, del Templo Todaiji, Nara

Rituales Diferenciados para Visitantes

En los santuarios, se espera que los visitantes sigan un protocolo específico que incluye ofrecer una donación monetaria, hacer sonar una campana, realizar dos reverencias profundas, aplaudir dos veces y orar antes de efectuar una reverencia final. En los templos, el procedimiento es ligeramente distinto; tras la donación, los visitantes deben juntar las palmas de las manos sin aplaudir, orar y finalizar con una reverencia. Es interesante notar que muchos japoneses no están completamente familiarizados con estas prácticas, por lo que no hay motivo de preocupación si no se ejecutan a la perfección.

Entender las diferencias entre templos y santuarios puede enriquecer significativamente su visita a Japón, brindándole una comprensión más profunda de sus tradiciones. Alternativamente, puede optar por experimentar estos espacios sagrados sin preocuparse por las distinciones técnicas, disfrutando de su belleza y serenidad como lo hacen muchos visitantes japoneses.

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