Los Desafíos del Viaje en la Era de Hiroshige
Cuando hablamos del Japón actual, es fácil imaginar veloces trenes bala y modernas carreteras. Sin embargo, hace siglos, en la época de Utagawa Hiroshige, un renombrado artista de ukiyo-e, viajar era una verdadera aventura llena de desafíos.
Utagawa Hiroshige (1797-1858)
1. Cruzando ríos: El intrépido Oi-gawa
En el período Edo, muchos ríos no contaban con puentes, convirtiendo el cruce en una proeza. El Oi-gawa, reconocido por su fuerte corriente, presentaba un reto particular. Los métodos de cruce eran variados: desde ser llevados a hombros por porteadores especializados hasta ser transportados en plataformas. Tras lluvias intensas, estos ríos podían volverse intransitables, obligando a los viajeros a esperar días, incurriendo en gastos no previstos de alojamiento.
2. Las empinadas montañas de Hakone
Aunque hoy es famosa por sus onsen (aguas termales), Hakone en la antigüedad era conocida por sus retadores caminos montañosos. ¿Por qué se construiría un camino a través de un terreno tan difícil? Se cree que estos caminos, ubicados estratégicamente, tenían propósitos defensivos. Los viajeros que se aventuraban por aquí enfrentaban un trayecto áspero y desafiante.
3. El misterio de las Cinco Montañas (五箇山)
Localizadas en la actual prefectura de Toyama, las Cinco Montañas representaban un desafío singular. No eran solo las alturas lo que los viajeros debían enfrentar, sino también los sistemas de cuerdas y canastas utilizados para cruzar entre acantilados. Estas montañas, además de ser una maravilla natural, eran un testimonio de la ingeniosidad y resiliencia humanas en tiempos donde cada travesía se convertía en una odisea.
4. Puestos de control: Protegiendo a Edo
Estos puestos, esparcidos por todo el país, eran la primera línea de defensa de Edo. Cada viajero era inspeccionado rigurosamente, con estrictas revisiones de documentación y equipaje. Un error, y las consecuencias podían ser severas. Más allá de ser meros puntos de inspección, representaban el control y orden del shogunato.
Gracias a Hiroshige, podemos viajar en el tiempo y experimentar un Japón donde cada paso era una historia en sí misma. A través de sus obras, redescubrimos una era donde enfrentar la naturaleza y las creaciones humanas eran parte esencial del viaje, recordándonos la rica tapezteria histórica que ha formado al Japón que conocemos hoy. En cada trazo de Hiroshige, vemos reflejada la perseverancia y el espíritu indomable del pueblo japonés ante los retos del viaje.