Sakura: El Corazón Floral de la Cultura Japonesa
El "sakura", o cerezo en flor, no es solo un árbol común en Japón, sino también el emblema nacional de este país insular. Cada primavera, cuando estos árboles florecen en su máximo esplendor, se celebra el "hanami", una tradicional reunión social al aire libre donde amigos y familiares disfrutan de comidas y bebidas bajo la efímera belleza de las flores. Aunque la floración del sakura es corta, durando apenas dos semanas, su anticipación llena de alegría a los japoneses, convirtiendo a este evento en una ocasión realmente especial y muy esperada.
¿Por qué los japoneses aman tanto el sakura?
Hay dos razones principales por las cuales el sakura ocupa un lugar tan especial en el corazón de los japoneses. La primera es que simboliza la llegada de la primavera, una temporada que marca el fin del frío invierno y el inicio de un nuevo año escolar y fiscal, lo que para muchos representa un nuevo comienzo lleno de esperanza. La segunda razón es su belleza efímera. Los japoneses, que desde tiempos ancestrales han encontrado belleza en la transitoriedad de la vida, ven en la corta duración de la floración del sakura un reflejo de esta estética de lo fugaz.
Historia del hanami
En sus orígenes, el sakura era considerado un árbol sagrado que albergaba a las deidades de la cosecha. Su floración marcaba el inicio de las labores agrícolas y se utilizaba para predecir la abundancia de las cosechas. La costumbre de apreciar las flores se remonta al siglo VIII, y aunque inicialmente el foco estaba en el "ume", o ciruelo japonés, la nobleza disfrutaba componiendo poemas mientras contemplaban su belleza. En el siglo IX, admirar el sakura en primavera se convirtió en una costumbre de la corte imperial, y con el paso de los siglos, esta tradición se extendió a los samuráis y, eventualmente, a la población en general. Fue en la época de Edo cuando el gobierno plantó sakuras para que todos pudieran disfrutar de esta práctica, convirtiéndose en el hanami que conocemos hoy, donde la gente come y bebe al aire libre mientras admira las flores.
Los sakuras clónicos de Japón
La mayoría de los sakuras que vemos en Japón pertenecen a la variedad "Somei Yoshino", que representa alrededor del 70% de todos los sakuras en el país. Esta variedad fue creada por jardineros durante el período Edo y se reproduce no a través de semillas, sino por medio de un método de clonación conocido como injerto. Esto significa que la mayoría de los sakuras en Japón son clones genéticos de un mismo árbol original. Gracias a esta técnica, es posible disfrutar de un paisaje uniforme de floración en todo el país durante la misma época del año.
El sakura, un emblema querido y venerado en Japón, simboliza no solo la belleza sino también la naturaleza transitoria de la vida. Para los que visitan Japón, intentar coincidir su viaje con la temporada de sakura puede ser una experiencia única, aunque ciertamente desafiante debido a su breve duración y la variabilidad del clima año tras año.