¿Un Templo con Spa? El Onsen Escondido en un Templo
Para los apasionados por Japón, Nikko es sencillamente ineludible. Es uno de los destinos turísticos más icónicos de la región de Kanto, donde la naturaleza, historia y cultura japonesa se encuentran en su esplendor. A tan solo 2-3 horas, ya sea en coche o tren desde Tokio, esta ciudad cautivadora es famosa por sus aguas termales (onsen) y, evidentemente, por sus tradicionales ryokan donde puedes disfrutar de un buen baño termal. Pero, ¿te habías enterado que en Nikko existe un templo que alberga su propio onsen?
El legado del “Nikkozan Rinnoji”
Efectivamente, nos referimos al "Nikkōzan Onsenji" o, como diríamos, el “Templo Onsen de la Montaña Nikko”. Este sitio es uno de los pocos en Japón que, en su interior, permite el lujo de un onsen. Además, el templo forma parte del renombrado "Nikkōzan Rinnōji", décimo patrimonio mundial en el país nipón. Pero ahondemos un poco en el "Nikkōzan Rinnōji".
Nikkozan Rinnoji templo
Con una rica historia que supera los 1.200 años, fue refugio del tercer shogun de la dinastía Tokugawa, Tokugawa Iemitsu. Se le considera un "punto de poder", un sitio que irradia una energía revitalizante y única. No sorprende que sea un imán para los visitantes, al albergar edificaciones declaradas como tesoros nacionales y bienes culturales de relevancia.
Historia de las aguas termales del "Nikkozan Onsenji"
La historia del onsen del "Nikkōzan Onsenji" nos lleva hasta Shodo Shonin, fundador de Nikko, quien en 788 descubrió las curativas aguas termales de Yumoto. Posteriormente, se erigió este santuario con el propósito de aliviar males y enfermedades. Durante la era Edo, solo unos pocos privilegiados con permisos especiales podían acceder a estas aguas. Hoy, afortunadamente, están al alcance de todos. Se dice que sumergirse en ellas es obtener la bendición de "Yakushi-sama", garantizando salud y longevidad.
Un vistazo a sus instalaciones termales
Las infraestructuras termales del lugar son testimonio de una larga y rica tradición. Sus aguas, ricas en azufre, son conocidas por ser terapéuticas para diversas dolencias y, además, beneficiosas para la piel debido a su alto contenido de metasilicato. Por solo 500 yenes, los visitantes pueden sumergirse en estas aguas milenarias.
En definitiva, Nikko te invita a una experiencia sin parangón: sumergirte en la espiritualidad mientras disfrutas del relajante poder de un onsen.
Espero que este artículo te haya abierto las puertas a los tesoros menos conocidos de Japón.