Kawase Hasui: El Poeta Viajero del Shin-Hanga
Kawase Hasui (1883-1957) fue un pionero del movimiento Shin-Hanga, conocido por su dedicación a capturar la belleza de los paisajes japoneses. En una era de rápida modernización, Hasui viajó por todo Japón en busca de los paisajes tradicionales, inmortalizando la fusión de la naturaleza y la vida cotidiana en sus grabados. Su estilo lírico y evocador le ganó el apodo de "poeta viajero" y "pintor viajero". Hoy en día, las obras de Hasui son apreciadas tanto en Japón como en el extranjero, y es conocido junto a Hokusai y Hiroshige como uno de los grandes maestros del grabado japonés, a menudo denominados los "3H". Incluso el fundador de Apple, Steve Jobs, era un admirador de su trabajo.
El Camino hacia el Arte
Desde su infancia, Kawase Hasui soñaba con convertirse en artista, a pesar de la oposición de sus padres. A los 25 años, decidió seguir su pasión y comenzó a estudiar pintura occidental. A los 27 años, se convirtió en discípulo de Kaburaki Kiyokata, un reconocido pintor japonés. Inspirado por los grabados en madera de Itō Shinsui, decidió dedicarse a esta técnica. Su carrera como grabador despegó a los 33 años, cuando conoció a Watanabe Shozaburo, un editor comprometido con el movimiento Shin-Hanga.
Primeras Obras
Hasui creó varias series de grabados ambientados en Tokio, su ciudad natal. Su primera serie importante fue "12 Vistas de Tokio", en la que capturó no solo lugares famosos, sino también escenas cotidianas que conservaban la atmósfera del período Edo. Entre las obras destacadas de esta serie se encuentra "Lluvia de Verano en el Santuario Sanno", que representa el santuario Hie, uno de los más importantes de Tokio.
Hasui amaba viajar y solía responder "¡Viajar!" cuando le preguntaban qué le gustaba. Pasaba su vida viajando para hacer bocetos y regresaba a Tokio para crear grabados. Desde 1921, produjo la serie "Recuerdos de Viaje", basada en sus viajes por las regiones de Chūbu y Kansai. Un ejemplo destacado de esta serie es "Shimohonda-machi, Kanazawa", que captura la esencia del verano en Kanazawa.
La Recuperación Tras el Gran Terremoto de Kanto
En 1923, cuando Hasui y Watanabe estaban en pleno apogeo de su producción, el Gran Terremoto de Kanto asoló Tokio, destruyendo la casa de Hasui y todos sus bocetos acumulados. A pesar de esta devastadora pérdida, Hasui, alentado por Watanabe, reanudó sus viajes y, ese mismo año, emprendió su viaje más largo, de 102 días, resultando en la tercera serie de "Recuerdos de Viaje". Entre las obras de esta serie se encuentra "Aguas termales de Arifuku, Iwami", que captura la atmósfera nocturna de una pintoresca ciudad de aguas termales.
De regreso en Tokio, Hasui trabajó en la serie "20 Vistas de Tokio" durante la recuperación de la ciudad después del terremoto, destacando paisajes tradicionales. Estas obras, más realistas y detalladas que las anteriores, incluyen "Templo Zojoji, Shiba", una de sus piezas más vendidas.
Nuevas Expresiones y el Período de Madurez
Durante esta época, las obras de Hasui ganaron reconocimiento tanto en Japón como en el extranjero. Las críticas que comparaban su trabajo con el de Hiroshige lo llevaron a buscar nuevas formas de expresión. Entre 1932 y 1933, publicó la serie "Paisajes de Japón", fruto de sus viajes por el este y el oeste de Japón. Un ejemplo notable es "Otoño en Oirase", que muestra la belleza otoñal de las montañas y ríos, considerada una de sus obras maestras.
Hasui también recibió encargos de la familia Iwasaki, fundadora del conglomerado Mitsubishi, para representar su lujosa villa en Hakone. Estas obras capturan la magnificencia del lago Ashi, el monte Fuji y los jardines llenos de azaleas.
Los Últimos Años: La Segunda Guerra Mundial y Después
La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939, y durante el conflicto, la demanda de grabados disminuyó drásticamente, afectando especialmente a Hasui, cuya obra era muy apreciada en el extranjero. La falta de materiales y la salida de artistas al frente también pusieron en peligro la producción de Shin-Hanga. Sin embargo, tras el fin de la guerra en 1945, la situación cambió rápidamente. La llegada de militares y civiles extranjeros a Japón revitalizó el mercado de los grabados, llevando a Hasui a una nueva época de intensa actividad.
En 1957, Hasui fue diagnosticado con cáncer de estómago. A pesar de su enfermedad, continuó trabajando y produjo su obra final, "Salón Dourado del Byōdō-in". Esta obra representa a un monje ascendiendo las escaleras del salón, una metáfora de Hasui mismo, que se preparaba para su último viaje.
Kawase Hasui dedicó su vida a combinar lo mejor de las técnicas occidentales y japonesas, dejando un legado duradero en el mundo del arte. Sus grabados continúan inspirando y cautivando a audiencias de todo el mundo.