Diana y Freud: Admiradores de Yoshida Hiroshi
Yoshida Hiroshi (1876-1950), reconocido antes en Occidente que en Japón, es célebre por su fusión única de técnicas de pintura occidental y grabado japonés. Sus obras, que incluyen acuarelas y óleos, destacan por su realismo y atención al detalle, especialmente en sus grabados en madera. Conocido también como un pintor de montañas, la pasión y habilidad de Yoshida para capturar la naturaleza fascinó a figuras tan diversas como la Princesa Diana y el psiquiatra Sigmund Freud.
Las Obras Favoritas de la Princesa Diana
En 1987, la revista británica especializada en la realeza "Majesty" publicó una foto de la Princesa Diana en su oficina en el Palacio de Kensington, con solo 26 años. En la foto, detrás de Diana, se pueden ver dos grabados en madera de Yoshida Hiroshi: "Mar Brillante" a la izquierda y "Lago Sarusawa" a la derecha.
Diana adquirió "Estanque Sarusawa" durante una visita oficial a Japón en 1986, cuando invitó a un comerciante de arte al Palacio Akasaka y personalmente seleccionó la obra. Posteriormente, compró "Mar Brillante" después de regresar a Inglaterra, lo que demuestra su aprecio por las obras de Yoshida. Se cree que el interés de Diana por Yoshida fue influenciado por su suegro, el Duque de Edimburgo, quien conocía al hijo de Yoshida a través de sus actividades con el WWF.
Freud y Yoshida Hiroshi
El famoso psiquiatra Sigmund Freud también era un admirador de las obras de Yoshida. En su estudio, Freud exhibía un grabado de Yoshida que le había sido regalado por el Dr. Kozawa Heisaku, un pionero del psicoanálisis en Japón.
En 1932, el Dr. Kozawa visitó a Freud y le obsequió la obra "Lago Yamanaka" de Yoshida. Freud, en una carta de agradecimiento a Kozawa, escribió: "Muchas gracias por la hermosa obra, que me muestra lo que tanto he leído pero lo que no tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos…". Este grabado se exhibió posteriormente en la sala de espera del consultorio de Freud y ahora se encuentra en la sala de estar del Museo Freud en Londres.
Yoshida Hiroshi, con su habilidad para fusionar lo mejor del arte occidental y japonés, dejó una huella imborrable en el mundo del arte. Sus grabados no solo capturaron la belleza de la naturaleza, sino que también resonaron profundamente con algunas de las figuras más influyentes del siglo XX. Desde los palacios de la realeza hasta los estudios de los más grandes pensadores, las obras de Yoshida continúan inspirando y cautivando a espectadores de todo el mundo.